El grito en el cielo puse un sencillo amanecer, pues mi cuerpo estaba cubierto de pergaminos sin leer. Al despertar estos manuscritos encontré, su rúbrica delataba su proceder, siendo la caligrafía de mi poder. Expresaban toda una vida de sueños, experiencias, pensamientos y lo más importante lo que quedaba por vivir. He tapizado mi cuarto con las letras que aquel día escribí. Para no olvidar los objetivos, ni los sueños por vivir.

lunes, 30 de junio de 2025

EN EL RECUERDO, TE OLVIDÉ

 

Hacía la banca me volví,

 

Al ver que estaba rota, 

Una cosa comprendí, 

Algo que aún me asombra, 

Y es que al verla sentí, 

Que en mí algo se rompía, 

Pues yo con tanto caminar, 

Más soy ya, una vieja banca, 

Que una nueva silla. 

Di cinco vueltas sin mirar, 

Mis ojos para ella se iban, 

Yo los intentaba cerrar, 

Porque en ellos va la vida, 

Sin querer miré atrás. 

Ya en casa acogida, 

Ambos contamos historias, 

Que se llevará el viento, 

Y plasmada en la memoria,

 

Solo, quedaban del tiempo.  


domingo, 15 de junio de 2025

LOS PASOS QUE NO SE VEN

Luces negras prolongan pasillos llenos de miedos, 
Sonidos que brotan de paredes y techos, 
Ya viene, ¿Quién viene rompiendo el silencio?
No habla, no clama, cadenas arrastra, sigilo neutro. 
No muevas parpados ni pies, no mires,  
Mantente lo más quieto posible, 
Deja que pase, solo quiere recibirte, 
Abraza su cordura por loca que parezca, 
Y convive con ellos, todo es posible. 
No ahuyentes las sombras, 
Será negar lo evidente, 
Ya ves que allá donde tu vista llegue, 
Estarán ellos esperándote, 
Atentos al momento de acogerte. 
Su aspecto cambiado, tiste y repelente, 
Deja entrever los castigos que allí establecen, 
No hay ser malvado sin multa, 
Ni arrepentido sin su perdón, 
Pero no olvides nunca, 
Que todos somos iguales a los ojos del señor. 
Piensa detenidamente, 
En cada estación de tu vida, ahora inerte, 
Toma tiempo, es ilustre el camino, 
Aunque sea antiguo, de piedras o molinos. 
Asómate a la luz de la ventana, solo un momento, 
¿Sientes la claridad en los ojos y el calor en tu pecho? 
Abre los parpados sin cegar tu mente de sueños muertos, 
Mira, no ves, todos siguen sin estremecerse, sin lamentos, 
¿De qué te sirvió morir si todo siguió siendo? 
Ya es tarde para arrepentimientos, 
Elegiste el camino que siempre llega, 
A unos más tarde a otros con premura, 
Y que a ninguno deja. 
Traspasa esa última puerta, 
Camina, que, en el oscuro tumulto, 
Alguien quiere saludarte, 
Aprieta su mano, no niegues tu destino, 
Eres parte de ellos, de esos peregrinos. 
¿Te dieron cadenas o zapatos de espino? 
Las llagas que llevas en el corazón, 
Martirizaran tu ser, sin dejar amor en él. 
Y tus ojos verán en la sombra, 
Las risas de aquellos que fueron amigos, 
De todos los que celebraron, 
Con copas de ron y vino. 
Ves, cuerdo y loco a la vez, 
Que no graduaste tu conciencia, 
Antes del nuevo amanecer, 
Y ahora, aquí conmigo te ves, 
Las cosas que tiene la vida, hijo, 
Yo quise que siguieras los buenos pasos,  
He hiciste siempre caso omiso. 

viernes, 30 de mayo de 2025

MIENTRAS CRECIMOS

¡Vive el momento! me decían sus ojos cada vez que lo miraba, ¡Adelante, no te rindas nunca, lucha! esas palabras sonaban dentro de mi cabeza cada vez que me lamía las lágrimas de la cara. Durante toda su vida ha sido mi mejor amigo, sí, tal vez sean palabras echas, pero fueron dichas por una persona que encontró en un canino el cariño y la comprensión que otros seres no les supieron dar.  
  
En mi niñez me arrebataron algo, y no una cosa sin importancia, me hicieron presa de la tristeza por poseer una risa disparatada y chillona, los principales culpables mis padres, progenitores de una niña feliz hasta que se cansaron de escucharla, los otros, los compañeros de colegio que preguntaban una y otra vez cuando ponía el huevo.  

Fui castigada en clase por armar jaleo cuando simplemente me reí de un chiste malo escrito en una nota. Víctima de todas las burlas decidí darles lo que pedían, silencio, silencio hasta que llegase el momento de poder hablar, entonces hice muda mi inconveniente risa y así pasaron los años, las bromas cesaron y los castigos de unos y otros también. 

Mientras crecimos pasaron ocho largos años hasta que cumplí la mayoría de edad, únicamente había relucido el verdadero yo cuando estaba sola, bueno, ni tanto, tenía a mi lado a Puf le puse así porque ya de pequeño se desparramaba por el suelo y se dormía la siesta mientras yo leía un libro posando mi cabeza sobre él 

La gente que no me conocía pensaba que era tímida, triste e incluso extraña. Me preguntaron en varias ocasiones porque reía para , acompañando una leve sonrisa de un ruidito complaciente, buscaban en mi boca complejos sobre dientes picados e imperfectos, cuando eran de anuncio clínico.  

Por fin llegó el día de mi cumpleaños, mis padres habían preparado la barbacoa y decorado el jardín, parecían prever que lo celebraría por todo lo alto, los invitados estaban a punto de llegar, pero yo no quería estar allí. Desde el día anterior tenía la maleta preparada y escondida bajo la cama, los ahorros de toda una vida guardados en el bolsillo de la chaqueta, con la maleta y la correa en mano me dispuse a salir a la fiesta. 
 
Mis abuelos maternos y mis tíos abuelos estaban tomando la primera copa, mi padre avivaba la candela y mi madre servía unos canapés. Dejé la maleta en la entrada y acompañada de Puf me acerqué al marco de puerta. -Espero que lo paséis muy bien sin mi compañía, lo siento, pero llegó la hora de vivir mi vida sin restricciones, me voy de casa- Dije con un tono que únicamente mi abuela se precipitó a preguntar los motivos que me llevaban a ello. -Carpe Diem- contesté.