Un día de cálido sol me disponía a salir a la calle, me encontraba enfrente del espejo, recogiéndome una coleta con la raya al lado, y de repente encontré una improvista cana, me di cuenta de que existía porque la muy rebelde salió de su escondite, y se quedó ahí, bien visible, ante mis ojos, de repente se me vinieron todos los años encima, ¿Pero como siendo tan joven me ha salido una cana? Pensaba en voz alta mientras me miraba en el espejo y casi con las lagrimas saltadas, me sentaba en la cama para pensar como taparla.
Abrí el cajón donde tengo todos las alhajas, pañuelos, gorros, y adornos para el pelo, puse boca abajo el cajón en la cama, necesitaría mi tiempo para encontrar el complemento perfecto, pero no me importaba salir tarde si conseguía ocultar aquella inmunda cana. Entonces me probé un gorro, un pañuelo e incluso una felpa ancha, pero seguía sin saber que ponerme, ¿Conseguiría ocultarla? o simplemente me tendría que dejar mi cana al vuelo.
Tras un rato probándome adornos, decidí retomar mi peinado principal, ¿Qué tenía de malo tener una cana? Entre todo los pelos de la cabeza sería difícil encontrarlo a simple vista, tendrían que tener ojos de lince para localizarla. Y me dispuse a salir con mi coleta, cuando iba por la calle, me encontré a mi amiga Laura, me paré a charlar con ella, y nos sentamos en el bar de la plaza a tomarnos una copa, cuando de repente aparece una mosca posándose en mi cana. Mi amiga se echó a reír.
-¿De qué te ríes?
-De que hay que matar a esa mosca que se te ha posado en la cabeza, porque te ha encontrado una cana, no quiero que se pare en mi melena y me encuentre mis dos canas.
-Pero ¿Tú también tienes canas? , ¿Desde cuándo? y ¿Cómo te lo has tomado?
-Pues con decirte que hace dos semanas que me di cuenta, y desde entones he probado varios peinados, y ayer me llegué a la peluquería de Yoli, y no me quiso teñir mi dos canas, tengo una a cada lado de la cabeza, y no sabía como ocultarlas, así que Yoli me recomendó que me hiciera una mini trenza a cada lado de la cabeza, entremetiendo en algún mechón mis estúpidas canas, y ya ves he cambiado de luz, solo por dos canas.
Así fue como se puso en moda las mini trenzas atadas atrás de la cabeza, para esconder una simple cana.
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